Según un creciente movimiento llamado Salario Sin Fronteras, no. En Honduras, “hacen falta dos salarios de maquila para comprar la canasta básica,” dice Erika García Cárcamo, del Centro de Derechos de Mujeres.

Las empleadas de las maquilas en Honduras suelen ser mujeres, y en su mayoría son el único ingreso en sus hogares. Según el Equipo de Investigaciones Laborales de El Salvador y la Red de Solidaridad de la Maquila, en 2016 una trabajadora de maquila suele ganar $272 en Honduras, mientras que la canasta básica para una familia de 5 personas cuesta alrededor de $360.

La falta de un salario digno en las maquilas es un problema que enfrenta toda Centroamérica, dice García. La historia es casi la misma: una trabajadora suele obtener $331 mensuales en Guatemala, $211 en El Salvador y $157 en Nicaragua. Pero las similitudes no se detienen ahí, pues al igual que en Honduras, el resto de las maquilas en la región centroamericana emplean mayoritariamente a mujeres.

La inexistencia de un salario unificado en la región, la cercanía entre los países, la flexibilización laboral y las estrategias inescrupulosas de las empresas maquiladoras ponen en mayor desventaja a las trabajadoras de maquila. En este escenario, las empresas maquiladoras se niegan a cumplir las exigencias de los y las trabajadoras bajo la excusa de cerrar la empresa y llevarla hacia otro país con menos demandas laborales.

Los gobiernos de la región también entran en una dinámica que pareciera promover la precarización laboral. Por ejemplo, en Honduras, la reciente Lay de Empleo Temporal permite que las empresas contraten hasta 40% del total de su planilla de forma temporal. Un estudio hecho por el CDM  y el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (STIBYS) halló que esta ley contribuyó al incremento de la pobreza: 90% de los trabajadores  tenían estatus de empleado temporal aunque llevaban entre 1-3 años en la misma empresa; casi un tercercio recibían un sueldo menor al salario mínimo y la mitad ni siquiera  podía alimentarse adecuadamente con lo que ganaba. Las constantes amenazas de cierre dejan a hombres y mujeres que trabajan en las maquilas sin opciones, sujetos a los salarios precarios y sin margen de exigencia de mejores condiciones.

Propuestas

La Concertación Regional de Mujeres por un Salario Digno propone bajo la campaña Salario Sin Fronterascambiar la situación de injusticia y propone un salario digno para Centroamérica.

Además de reclamar un salario digno y la libertad sindical, Salario Sin Fronteras exige a los gobiernos poner fin a la explotación laboral, seguridad social y una jubilación digna para las trabajadoras.

En Honduras, explica García, la explotación laboral en contra de las obreras de maquila se manifiesta en los múltiples problemas de salud producto de las condiciones de trabajo.

En la actualidad, y gracias al trabajo de organizaciones de mujeres y de derechos laborales por evidenciar esta situación, hay menos casos de despido directo cuando una mujer se enferma a consecuencia de su trabajo. Sin embargo, las prácticas de algunas empresas maquiladoras buscan evadir su responsabilidad mediante “despidos indirectos”, tal y como lo dice García: a veces las mujeres reciben un puesto inferior en donde ganan menos, se sienten como si fuesen “máquinas inservibles.” Ante esta situación, incapaces de sostener a su familia y relegadas de su puesto de trabajo, terminan renunciando.

Este jueves en San Pedro Sula, Honduras, más de 40 personas asistieron a una reunión de la campaña Salario Sin Fronteras; Hace dos semanas en El Salvador se sostuvo una reunión similar. El equipo de Salario Sin Fronteras está facilitando en estos momentos una serie de talleres con mujeres trabajadoras sobre  sus derechos laborales y escuchar sus historias.  La campaña sistematizará la información de estas jornadas y publicará un informe.

Las historias suelen ser indignantes: García relató que una obrera de maquila que trabaja cosiendo mangas a camisetas, gana poco menos de $10 al día—“la mitad de lo que vale una camiseta en el mercado.”

Algunas cosas han mejorado en los últimos años, dice García: según un estudio del CDM en 2016 sobre 16 años de acompañamiento legal a trabajadoras de maquilas en la zona norte de Honduras, las empresas no suelen cerrar sus fábricas de repente como antes, dejando en la total desprotección a las mujeres obreras de maquila. Además, la constante organización y articulación de las mujeres en la maquilas ha logrado avances importantes en el reconocimiento y respeto de sus derechos.

Exigir un Salario Sin Fronteras para la región Centroamericana es apostarle a la dignidad de las obreras y a la construcción de sociedades más respetuosas de los derechos de los y las trabajadoras.

Para leer más sobre Salario Sin Fronteras, se puede leer sobre el evento reciente en El Salvador o los informes sobre las injusticias en Honduras. Hay que compartir la información por los redes sociales con el hashtag #SalarioSinFronteras.