Durante más de 15 años, el Centro de Derechos de Mujeres (CDM) ha mantenido una apuesta política de trabajo con la juventud y desde el 2011 se han desarrollado procesos de formación política, los cuales han sido valiosos para el fortalecimiento del movimiento feminista hondureño.

Nosotras y nosotres, sujetes y sujetas políticas/es feministas que egresamos de la Escuela Política Feminista Urbana, nos juntamos en este encuentro para construir saberes colectivamente a partir de las narrativas, experiencias y luchas de cada una y une de nosotras y nosotres, reconociendo que eso es lo que nos permite visualizar el camino futuro.

Sabemos que estamos pasando por un momento importante en la historia política de Honduras que requiere de mucha organización feminista. Por lo tanto, nos juntamos aquí para re-conocernos con nuestras diversas posturas, capaces de construir debates y consensos políticos a partir del intercambio sobre nuestra construcción personal y colectiva del poder en sus diversas dimensiones.

Nos juntamos aquí, motivadas y motivades por el reencuentro, por construir conocimiento colectivo que nos lleve a la acción política feminista, por eso nos manifestamos de la siguiente manera:

  • Somos conscientes que históricamente nos han enseñado a amar desde el sacrificio, bajo el mandato de amar a los/las/les demás, cuando el amor no se reduce únicamente hacia otras personas, por lo tanto, es importante construir y repensar nuevos conceptos de amor que nos permitan tener relaciones sanas, cuestionando la caracterización de las relaciones humanas sexo-genéricas, donde dejemos de ser prófugas y profugues por romper el contrato social del género y la orientación sexual.
  • Reconocemos la importancia de entender, tanto las dinámicas de poder, y de donde éstas emanan, aprendiendo a diferenciar el racismo de los prejuicios raciales; y evitando construir historias desde una sola perspectiva, pues Honduras es un país multiétnico y multicultural donde urge reconocer la dignidad de los pueblos.
  • Rechazamos la cosificación e instrumentalización que el capitalismo hace con nuestros cuerpos, y frente a ello, nos posicionamos poniendo en el centro la vida digna desde la solidaridad colectiva.
  • Desde un enfoque interseccional feminista no dejaremos de analizar la diferentes manifestaciones de violencia que nos ha privado de reconocer y priorizar nuestro cuerpo y sus procesos, por lo que es urgente seguir generando espacios de cuidado entre nosotras y nosotres para compartir nuestras vivencias y acompañamientos desde la ternura, empatía y autoreconocimiento de nuestra autonomía.
  • Somos conscientes de que continuamos viviendo en un sistema patriarcal, racista, clasista y heteronormado que es estructural, por eso los cambios deben ser estructurales.
  • Reconocemos que las funcionarias feministas en el nuevo gobierno también viven/vivimos violencias desde ese espacio, por lo que nos invitamos a acuerparnos, pero también les-nos hacemos un llamado interpelante para mantenerse-nos críticas y cuestionando en todo momento.
  • Sabemos que este nuevo gobierno ha demostrado apertura al diálogo diciendo reconocer los derechos humanos, pero nosotras seguimos esperando que se nos garantice el goce de todos nuestros derechos, por lo tanto, concordamos que debemos volver a las calles hasta que nuestras demandas históricas sean reconocidas y con ello obtener avances reales.
  • Consideramos la importancia de revisarnos y reconfigurarnos como movimiento feminista. Proponemos hacerle frente a los vicios organizativos a través de la comunicación asertiva, la autocrítica, el reconocimiento de las otras/otres y sus luchas, además de la priorización de los proyectos políticos feministas colectivos, antes que el protagonismo propio.

Finalmente, reunidas y reunides en el Distrito Central, nos abrazamos y celebramos nuestras diferencias, nuestras palabras, nuestras corporalidades, nuestras emociones y nos proponemos seguir en esta lucha conectando con el placer, con el poder de nuestro erotismo, con la alegría de juntarnos, hasta que todas y todes vivamos en libertad.