El Centro de Derechos de Mujeres a través del proyecto “Enlazando el poder comunitario para la prevención de la violencia contra las mujeres – Honduras”,  implementa la metodología SASA en las comunidades de Sigamane y El Pastal, con el financiamiento de ACPP-OVIEDO.  Esta es una metodología de movilización comunitaria  para la prevención de las violencias contra las mujeres, que se trabaja con voluntarias/os y lideresas y líderes de las dos comunidades en un esfuerzo por cambiar las normas y comportamientos que perpetúan el desequilibrio de poder entre mujeres y hombres en toda la comunidad.

En este momento se está aplicando la etapa de conciencia que busca que la gente comience a reconocer las violencias contra las mujeres como un problema por lo que, las y los voluntarios y líderes fortalecen sus capacidades a través de procesos de formación con enfoque en prevención de violencia contra las mujeres . Este proceso cuenta con la participación de aproximadamente 30 personas, entre hombres y mujeres de ambas comunidades, quienes realizan acciones en sus comunidades generando consciencia sobre la prevención de violencia contra las mujeres, dan charlas en grupos comunitarios o reuniones de organizaciones comunitarias como las juntas de agua, patronato, grupos de autoayuda, cajas rurales, entre otros, así como el accionar de la comunidad ante situaciones de violencia contra la mujer.

En este mismo enfoque las y los líderes y voluntarios de la comunidad en unidad con otras personas se formaron en temas de actuación teatral con el fin de presentar sociodramas, con los cuales de una manera entretenida generar espacios de reflexión sobre la violencia contra la mujer.

La implementación de la metodología SASA ha sido un pilar fundamental para que las personas de las comunidades de intervención reconozcan que la violencia contra las mujeres es un problema que afecta a todas y todos, que por lo tanto es tarea de la comunidad crear consciencia y realizar acciones de prevención de violencia. Las mujeres mencionan sentirse más empoderadas y fortalecidas para enfrentar este flagelo y los hombres son más conscientes y comprometidos a vivir en mayor armonía reconociendo que ellos son también responsables de prevenir que la violencia se perpetre.