Desde el año 1993, cada 03 de mayo se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

La libertad de prensa, va de la mano de la libertad de expresión, siendo un derecho que cosiste en buscar, recibir y difundir informaciones e ideas, sin censura alguna, pero adherido a responsabilidades ulteriores fijadas por la ley y al respeto de los Derechos Humanos.

Para Jennifer Ávila, directora del medio digital Contracorriente, “la libertad de prensa es importante para la democracia y la ciudadanía, tomando en cuenta que, si hay una prensa libre, la ciudadanía tiene acceso a la información, esto, pensando en que la prensa es ética, responsable y que generará información que le sirva a la sociedad.”

 El Estado, debe garantizar la protección de la libertad e independencia de los y las periodistas, siendo esta una de las condiciones que se deben cumplir para que los medios de comunicación sean instrumentos de la libertad de expresión, y no vehículos para restringirla.

La Corte Interamericana de Derechos Humano, considera que no basta con que se “garantice el derecho de fundar o dirigir órganos de opinión pública, sino que es necesario también que los periodistas puedan trabajar con protección suficiente para la libertad e independencia que requiere este oficio”; la adopción de un discurso público que contribuya a prevenir la violencia contra periodistas y reconocer de manera constante, el valor de la labor periodística, aun cuando la información difundida vaya en contra de los intereses del gobierno, es una responsabilidad del Estado.

La libertad de prensa, se somete al deber básico de no violar los derechos de los demás, ni afectar la integridad emocional y física de las víctimas y/o audiencias, ya que tiene como una de sus mayores responsabilidades, buscar balances al transmitir informaciones en las que estén implicadas víctimas o sobrevivientes de cualquier tiempo de violencia, e incluso en casos en los que la fragilidad humana y su integridad se vea envuelta.

“El periodista debe ser respetuoso de los derechos humanos, todo el tiempo estamos trabajando con personas, es importante que no deshumanicemos. Muchos periodistas dicen -estoy deshumanizado porque he visto tanta violencia-, entonces no es un trabajo para vos, porque no podés estar deshumanizado”, manifestó la periodista, Ávila.

La libertad de prensa, comprende un conflicto natural de intereses entre varios factores; la limitación de la libertad de expresión puede darse por la autocensura a causa del sometimiento de los periodistas a los intereses de los dueños de los medios de comunicación, por esta razón muchos comunicadores sociales suelen limitarse a difundir ideas contrarias a sus ideales.

 La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), asegura que la libertad de expresión no es un derecho absoluto, ya que está implícito el respeto a los derechos o a la reputación de los demás, siendo enfática al hecho de que quienes ejercen el periodismo tienen derecho a contar con las condiciones de libertad e independencia requeridas para cumplir a cabalidad con su función crítica de mantener informada a la sociedad.

Por otra parte, existes periodistas y medios de comunicación que abusan de la libertad que se les ha conferido, para verter informaciones y comentarios que van ligados a la apología del odio. Este es el caso de uno de los medios televisivos y radiales más conocidos de Honduras, mismo que se autodenomina como la voz del pueblo. Las víctimas y sobrevivientes de acoso y violación sexual, han sido sometidas a discursos de odio y revictimización por este y otros medios de comunicación, donde, según algunos periodistas, han sido ellas las culpables de las violencias sufridas.

Kenia Oliva, coordinadora del bufete Justicia para los Pueblos, manifestó que “el Código Penal, establece delitos contra el honor, penaliza a los medios de comunicación que difundan noticias falsas o una calumnia, incurriendo en el delito de difamación, y en estos casos, se debe verificar cual es la intención del periodista, si es informar o desacreditar; Si bien es cierto, la libertad de expresión no es un derecho absoluto, pero no debemos de pensar en la norma penal como una forma de coartar la libertad de expresión”

Por su parte, Ávila, valora que, “los medios deberían tener filtros al momento de contratar periodistas y no me refiero solo a la educación formal, sino también en el tipo de valores que profesan. Vivimos en una sociedad con altos índices de feminicidio y violencia sexual; como un periodista va a abordar estos temas si es violento, si expresa públicamente comentarios machistas o si es violento con sus compañeras de trabajo.”

La abogada Oliva, añade que en el actual Código Penal, las opiniones que revictimicen o vulneren la integridad de las víctimas y sobrevivientes de violencia, “se considera difamación y eso es un delito, en países más avanzados se habla de la autorregulación a los medios de comunicación, incluso hay países en los que existe un -Defensor de la audiencia-, y esto significa que los medios de comunicación tienen una responsabilidad para no caer en este tipo de discursos que hacen apología al odio, es una forma de dañar la imagen de las mujeres, y en estos casos en un Estado de derecho se debería incurrir a una sanción administrativa o civil”

Es indispensable para la formación de la opinión pública y para que la comunidad, que los periodistas a la hora de ejercer sus opciones, lo haga de manera objetiva y consciente, ya que parte de su labor es educativa, y los comentarios emitidos y la manera en la que se brinda una información, en lugar de incentivar la capacidad de cuestionar lo que está mal en la sociedad, sean partícipes de que se sigan perpetuando las acciones machistas socialmente aceptadas.

El sometimiento por parte de la prensa hacia los patrones machistas-patriarcales establecidos en la sociedad, es un indicativo de que un alto porcentaje de la ciudadanía no está bien informada, significando que no es plenamente libre, ya que su criterio esta adherido a la opinión de algunos medios de comunicación. En Honduras, se ha ejercido un falso periodismo que reproduce información que no educa, agrede y revictimiza a sobrevivientes y víctimas de los diferentes tipos de violencia.

Según la periodista Jennifer Ávila, lo que se habla en los medios de comunicación, es un reflejo de la sociedad que tenemos, ya que el machismo sigue predominando en la prensa y esto se observa en el discurso de los periodistas, “que es generalmente aceptado porque tenemos una sociedad machista, una sociedad que revictimiza a las mujeres. Es importante empezar a formar a la ciudadanía, porque es la ciudadanía la que va a poner los límites a los medios, es la ciudadanía la que debe exigir que se respeten los derechos de las personas y la integridad de las víctimas«

Los periodistas y los medios de comunicación deben tener límites y estos los establece la ética, reconociendo que el derecho a la libertad de expresión conlleva al deber de generar información que construya opinión pública y de cierta manera, y además de entretener, eduque a la población.

La prensa debe ser responsables de las opiniones que arroja a las audiencias, sobre todo, en el abordaje de temas como la violencia sexual, acoso y femicidios; una prensa libre, responsable y objetiva, es indispensable en una sociedad democrática, es por ello que los órganos encargados de impartir justicia deben proteger la libertad de prensa, garantizando el acceso a la información, asimismo, debe existir una demanda de responsabilidad a los periodistas  respecto a la información que difunden, asegurando  informar con la mayor objetividad posible.