Desde el CDM vimos con mucha preocupación las decisiones gubernamentales tomadas para prevenir el COVID19 sin tomar en cuenta las características sociodemográficas de Honduras, y que afectan impresionantemente a la población más vulnerable y empobrecida del país.
La suspensión de garantías constitucionales, como el toque de queda, está teniendo un impacto en los derechos humanos de las personas, ya que afecta libertades fundamentales, como las relacionadas al derecho a la alimentación, al trabajo y a la libre movilización de millares de hondureños y hondureñas; provocando problemas en la cadena de producción y la economía a pequeña escala, viéndose duramente afectadas las personas que llevan el sustento diario al hogar, que en este país son la mayoría.
El contexto de incertidumbre para muchas familias, incluso familias con las que CDM trabaja, nos motiva a continuar trabajando y realizando acciones que favorezcan a las mujeres que son afectadas significativamente, porque sabemos que sin el sustento familiar se ven obligadas a arriesgarse doblemente para llevar el alimento a la mesa, siendo una preocupación extra a las actividades de cuidado con la familia.
En este sentido, hemos reforzado el trabajo que desarrollamos en los municipios de El Triunfo y Santa Ana de Yusguare, Choluteca, apostándole a mejorar los huertos familiares y apoyar con el abastecimiento y recolección de agua a 23 familias como estrategia de sostenibilidad familiar y soberanía alimentaria a corto y largo plazo; apoyando 6 iniciativas económicas de mujeres; apoyando la denuncia de violencia contra las mujeres; garantizando materiales e insumos de higiene y bioseguridad básicos a las mujeres que integran las iniciativas económicas; y apoyando con alimentos de larga duración a 25 familias, entre ellas a una formada por mujeres adultas mayores.