Este 25 de enero reconocemos el camino recorrido por las mujeres hondureñas que hace más de 60 años iniciaron una batalla que hoy continúa: la toma del espacio público históricamente reservado para los hombres y valores masculinos.

Más allá del “voto”, el legado de Paca Navas, Lucila Gamero, Visitación Padilla, Graciela Amaya, y muchas  mujeres hondureñas de la época representan para todas nosotras, nuestra construcción histórica como sujetas políticas

Hace más de 60 años, nos enfrentábamos a un periodo de dictaduras y un proceso de militarización en la región centroamericana cuya herencia se traduce en exilios políticos, asesinatos, represión y censura a expresiones políticas progresistas. En medio de este contexto, las mujeres organizadas en El Salvador, Honduras, Guatemala, Nicaragua y Costa Rica, lograron romper con la división entre el espacio público y el espacio privado obteniendo así, el derecho a ejercer el voto y por tanto, el derecho a participar activamente en la vida política del país.

Los años han pasado y hoy, nuevamente, nuestro contexto nos desafía.

El Golpe de Estado de 2009 trajo consigo la privatización de servicios básicos, la implementación de políticas extractivistas, la sumersión a un nuevo proceso de militarización en nuestro país, y la instalación de gobiernos con tendencias de autoritarismo. Y muy bien sabemos que, desde muchos espacios, habemos mujeres luchando contra todo tipo de violencia, contra todo tipo de opresión; por un país justo y digno en el cual podamos vivir felizmente nuestras vidas.

Desde el Centro de Derechos de Mujeres iniciamos este nuevo año conmemorando a las mujeres hondureñas que lucharon y vencieron, y hoy somos parte de las miles de mujeres hondureñas que hoy luchan y resisten hasta lograr vencer.

«Hoy quiero construir y destruir,
levantar en andamios la esperanza.
Despertar al niño,
arcángel de las espadas,
ser relámpago, trueno,
con estatura de héroe
para talar, arrasar,
las podridas raíces de mi pueblo.»

Clementina Suárez.