Iniciamos 2020 con la llegada de la Covid 19, dejando mucho más desempleo, población desprotegida sin acceso a salud de calidad, violencia contra las mujeres dentro de los hogares y femicidios igual al año pasado. Finalizamos año con el paso de dos tormentas tropicales que dejaron destrucción y dolores profundos en la población más vulnerabilizada de Honduras, incluidas muchas de las compañeras con las que caminamos.

El confinamiento cambió nuestras prioridades y nuestras maneras de establecer lazos con otras mujeres. Una de las cosas que valoramos como equipo es que fue posible poner la vida en el centro, y dentro de los diversos espacios y plataformas nacionales a las que pertenecemos logramos reconocernos desde nuestras diferencias, necesidades, vulnerabilidades, poniendo la empatía y la solidaridad primero. Logramos organizarnos de manera tal, que pudimos apoyar a compañeras que necesitaban medicamentos, alimentos y materiales de bioseguridad, y sobre todo apoyarles en sus justas demandas.

En medio del confinamiento, la virtualidad fue un enorme reto y un aprendizaje vital para llevar a cabo los procesos de formación que el CDM desarrolla año con año desde una educación popular feminista, donde se valoran las experiencias vivenciales de las mujeres y en la que se incorpora la reflexión profunda sobre nuestras historias de vida para politizarlas, logramos hacer frente a este desafío incorporando y aprendiendo colectivamente a utilizar herramientas digitales que nos permitan llevar a cabo esta metodología.

Desde herramientas como Zoom, grupos de WhatsApps, videollamadas, plataformas de aprendizaje como Moodle, grupos de Facebook, logramos iniciar 7 espacios de formación con 134 personas lideresas de toda Honduras, 129 mujeres y 5 hombres:

  • Escuela Político Feminista Urbana (22)
  • Escuela Político Feminista Comunitaria (21)
  • Escuela Ciberfeminista (15)
  • 3 Escuelas de formación de Liderazgos Asertivos territoriales (63 mujeres y 5 hombres)
  • Escuela de promotoras legales y derechos de las mujeres en la maquila (17)

Compartiendo con las compañeras una mirada feminista de sus históricas luchas en defensa de territorios, de la vida, del agua, de una vida libre de violencias y de sus derechos laborales, y de sus derechos sexuales y reproductivos; generando espacios de diálogo, politización y cuidado mutuo en nuestro caminar. El próximo año continuaremos con el desarrollo de estos espacios, que ahora más que nunca se vuelven necesarios para mantener viva la esperanza de que otro mundo es posible para todas nosotras.

Inevitablemente arrancamos el 2021 con una profundización de la crisis política y económica en el país, pero también con ideas y propuestas nuevas para seguir tejiendo la solidaridad entre mujeres y quienes nos necesitemos, y sobre todo sembrando esperanzas y rebeldías feministas.